Notas de Prensa
44% de trabajadores en Latam viven con estrés diario: el rol del liderazgo en la estabilidad emocional
La reciente crisis política generada tras la destitución de la presidenta Dina Boluarte ha vuelto a sacudir la estabilidad emocional de los peruanos. La tensión social, la inseguridad económica y la sensación de inestabilidad institucional no solo se sienten en las calles, sino también en los espacios de trabajo. En este contexto, el estrés laboral se ha convertido en uno de los mayores desafíos para las empresas peruanas y sus líderes.
Según el informe State of the Global Workplace 2024 de Gallup, el 44% de los trabajadores en América Latina afirma haber experimentado “estrés durante gran parte del día anterior”, un indicador que mide la frecuencia con la que las personas sienten presión o preocupación emocional incluso fuera del horario laboral. En el caso de Perú, este fenómeno se intensifica en momentos donde los cambios políticos y económicos generan incertidumbre sobre el futuro inmediato.
Este nivel de tensión no solo impacta en el bienestar de los colaboradores, sino también en la productividad, el compromiso y la permanencia dentro de las organizaciones. Ante ello, el liderazgo empático y la comunicación transparente se convierten en herramientas de contención clave.
“Cuando el entorno nacional está cargado de tensión y desconfianza, el espacio laboral puede transformarse en un refugio emocional. Pero eso solo ocurre si los líderes desarrollan la capacidad de escuchar, orientar y mantener la calma frente a sus equipos”, explica Daniel Abusabal, country manager de Talana en Perú.
De acuerdo con el estudio, los empleados que sienten apoyo emocional por parte de sus líderes tienen el doble de probabilidades de describir su entorno laboral como ‘saludable’ y presentan una reducción de hasta 27% en síntomas de agotamiento o burnout.
En un país donde las noticias políticas dominan la conversación y la sensación de inestabilidad se refleja en el ánimo colectivo, el papel del liderazgo es determinante para sostener la motivación y el sentido del propósito. En esa línea, Abusabal comparte cuatro estrategias prácticas para liderar equipos en tiempos de presión social o política:
- Escuchar antes de dirigir. Entender las preocupaciones del equipo es el primer paso para responder con empatía. Un espacio de conversación semanal puede marcar la diferencia en el clima emocional.
- Evitar la sobreexposición a noticias o rumores. Promover pausas o actividades internas ayuda a equilibrar la atención y reducir el agotamiento mental.
- Ser coherente en el mensaje. En tiempos de crisis, los colaboradores observan no solo lo que el líder dice, sino cómo actúa. Mostrar serenidad y coherencia genera sensación de seguridad.
- Cuidar la energía del equipo. Ajustar cargas, reconocer avances y fomentar momentos de conexión refuerza el sentido de propósito colectivo.
“El liderazgo empático no significa dejar de exigir resultados, sino aprender a gestionar desde la comprensión. Una persona emocionalmente contenida puede rendir mejor, adaptarse más rápido y sostener la motivación aun cuando el entorno externo es incierto”, añade Abusabal.
En un contexto donde más del 50 % de los empleados afirma que el estrés laboral reduce su productividad, según el portal especializado HR Stacks, las empresas peruanas deben entender que la contención emocional ya no es un beneficio opcional, sino una estrategia de sostenibilidad organizacional.
Al priorizar el bienestar psicológico, la comunicación clara y la empatía, los líderes no solo ayudan a estabilizar los equipos, sino que también fortalecen la confianza interna y la resiliencia corporativa frente a la volatilidad externa.