Notas de Prensa
Recorte del presupuesto del Fondo Mi Vivienda no afectará avance en la construcción de la vivienda social
· El presupuesto se acortó aproximadamente a la mitad, pero aun así es suficiente para abarcar más de la demanda real en el mercado de la vivienda social.
En los últimos días se instaló la idea de que el presupuesto del Fondo Mi Vivienda (FMV) para el 2025 había sufrido un recorte drástico. El Congreso aprobó inicialmente S/ 2,175 millones, pero el Ministerio de Economía ajustó la asignación a S/ 1,088 millones, prácticamente la mitad.
A simple vista, parece una mala noticia para los bonos habitacionales y para el sector inmobiliario. Sin embargo, se trata de un ajuste técnico, no de un recorte que afecte la continuidad del programa.
Durante los últimos años, el FMV tenía capacidad para entregar aproximadamente 54,000 bonos (principalmente entre los programas Adquisición en Vivienda Nueva y Construcción en Sitio Propio), sin embargo, la ejecución real estuvo muy por debajo de esa capacidad. Solo en este periodo, año, aproximadamente, se colocaron 8,000 bonos, con proyección a un cierre final entre 10,000 y 11,000.
En otras palabras, el órgano solo está destinando alrededor de 25% del presupuesto, muy por debajo de la brecha habitacional en el país. Por ello, Valentín Bonnet, cofundador de Inversiones IO explica que “si se ejecuta menos de la cantidad de bonos disponibles es lógico que se ajuste el presupuesto de cara al 2026 a una cifra más real a la demanda actual del sector”.
El nuevo presupuesto de S/ 1,088 millones no significa que habrá menos bonos reales disponibles dado al que al final del periodo anterior, no se repartieron todos. Esto sigue proyectando a más del doble de lo que el FMV coloca actualmente en un año completo. “Esto significa que aún con la cifra reducida existe una oferta presupuestal suficiente para cubrir ampliamente la demanda real”, apunta Bonnet.
Ningún proyecto, banco o entidad financiera se verá afectado porque el motivo de la reducción no nace de una problemática monetaria. Esto se da más, por ejemplo, por la falta de agilidad en la postulación a programas como Techo Propio.
Las modalidades del programa como Construcción en Sitio Propio funcionan por convocatorias, pero la postulación suele ser lenta, y muchas familias no completan el proceso a tiempo. Por otro lado, el programa de Adquisición de Vivienda Nueva también avanza, pero no a un ritmo que permita absorber una gran cantidad de bonos al año.
“El ajuste del 2025 no afecta el mercado inmobiliario ni debilita al Fondo Mi Vivienda. Los bonos siguen existiendo, seguirán financiándose igual y su disponibilidad continúa siendo muy superior a la ejecución real. Además, la necesidad estructural permanece intacta, pues el déficit habitacional del país oscila entre 1.6 y 1.8 millones de hogares, lo que garantiza demanda sostenida en el largo plazo”, señala Bonnet.
Por ende, este recorte es un ajuste para transparentar la realidad operativa de un sistema que hoy ejecuta a buen ritmo una liberación de bonos muy por debajo del promedio de lo
que estaba contemplado en el presupuesto actual sin afectar la demanda y las inversiones en el sector inmobiliario.